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Los apliques de pared dorados son un tipo de aplique muy específico y exclusivo, ya que han sido diseñados para conseguir dar ese toque de elegancia adicional que atrae las miradas a la par que ofrece un sistema de iluminación estético y eficiente. Vamos a aprender algunos de los detalles más importantes y las posibilidades que ofrecen los apliques dorados de pared.

Por qué instalar apliques de pared dorados

Cuando buscamos es conseguir la máxima elegancia y lograr un enfoque decorativo que llame la atención y que atraía las miradas, los apliques dorados de pared se convierten en uno de los recursos más interesantes en cuanto a iluminación se refiere. Este tipo de aplique es característico y permite conjugar con multitud de colores entre los que destacan el gris en sus diferentes tonalidades, el blanco y el negro. Geométricamente se pueden encontrar modelos con diferentes diseños, creando formas imposibles y dando lugar a efectos de iluminación verdaderamente sorprendentes, y es que no debemos olvidar que muchos apliques buscan jugar con el reflejo sobre la pared, gracias a lo cual amplía su belleza en el momento en el que están encendidos. En la mayor parte de casos, los elementos principales que conforman los apliques de pared dorados son brillantes, aunque cada vez hay más modelos opacos que intentan reducir lo llamativo de este color, con lo cual se logra una fantástica belleza pero con un toque más disimulado y discreto. También permite utilizar múltiples materiales para su conformación, como por ejemplo las pantallas de tela y las pantallas de vidrio, pero siempre es importante que se opte por un material de calidad y con un adecuado diseño, ya que al tratarse de apliques dorados, es muy importante que impere la calidad para garantizar su atractivo.

Cuál es la altura más indicada para los apliques de pared

Salvo casos muy específicos, la mayor parte de apliques de pared son diseñados con una pantalla frontal con la cual se intenta evitar que las personas que pasen por la zona se vean deslumbradas. Esto se debe a que, por norma general, la altura de instalación de los apliques de pared dorados es de unos 5 cm por encima del nivel de los ojos, por lo que podríamos estar hablando de una altura de aproximadamente 1,80 m. No es recomendable instalarlos más bajos, pero tampoco es buena idea poner los más altos, ya que de esta manera van a perder una buena parte de su aporte estético en la estancia. Debido a este panel anti deslumbramiento, los apliques de pared puedan a menudo con el reflejo de la luz sobre la pared, lo cual puede ser muy interesante puesto que nos va a permitir crear sensaciones muy agradables tanto en el pasillo como en el salón o cualquier otro lugar donde los coloquemos. Este es un dato importante ya que demuestra que, a la hora de elegir apliques de pared dorados, no sólo debemos tener en cuenta el diseño, sino que también te recomendamos que analices bien el modo en que se va a reflejar la iluminación para analizar si es el tipo de aplique que estabas buscando.

Los apliques dorados de pared y la tecnología LED

Los nuevos apliques de pared dorados están diseñados para poder adoptar lo último en tecnología LED, gracias a lo cual, el usuario va a obtener ventajas muy importantes en la iluminación de su hogar. Por ejemplo, conseguir ahorros de hasta el 90% en energía, reduciendo así la factura de forma sustancial y optando por un sistema de iluminación más sostenible y respetuosa con el medioambiente. Este tipo de bombilla tampoco contiene mercurio, lo cual garantiza la seguridad en el uso, previene accidentes y minimiza el impacto medioambiental. Su larga vida útil le permite iluminar hasta incluso 50.000 horas, y durante todo este tiempo, se mantendrá con la máxima intensidad y con todas las garantías de iluminación que ofrece el fabricante. A esto también hay que añadir el hecho de que la iluminación LED se presenta con diferentes alternativas en el mercado, y algunas de ellas incluso permiten regular la temperatura, tonalidad, colores e intensidad de la iluminación, lo que garantiza una plena adaptación y todo ello con una inversión mínima que permite amortizar la bombilla en muy poco tiempo.