Seguridad fotobiológica: ¿Cómo podemos evitar sus daños?

Seguridad fotobiológica: ¿Cómo podemos evitar sus daños?

El término de seguridad fotobiológica hace referencia a la capacidad de daño ocular que puede causar una fuente de luz LED. Este indicador de riesgo está determinado por la norma UNE EN 62471:2009, de modo que es un parámetro estandarizado y que han de cumplir todos los productos a la venta con este tipo de iluminación.

En La Casa de la Lámpara cumplimos con ese cometido en los procesos de fabricación, además nuestras luminarias tienen certificados CE y disponemos de los sellos Trust Ecommerce Europe y Confianza Online que aseguran que el proceso de ventas es seguro para el cliente.

Seguridad fotobiológica

La norma de seguridad fotobiológica EN 62471 es la herramienta más utilizada para medir el riesgo de iluminación en términos fotobiológicos, es decir, las consecuencias para la salud, principalmente ocular, que pueden derivarse de las radiaciones ópticas producidas por esas luminarias.

La norma define cuáles son los niveles de radiación ultravioleta, infrarroja y azul emitidas por la iluminación LED y el riesgo tolerado por el usuario para evitar posibles riesgos para la salud. En caso de que se exceda la exposición a altos niveles de radiación, el resultado pueden ser afecciones a nivel ocular y en la piel.

La seguridad fotobiológica se tiene en cuenta en todo tipo de ambientes, pero en especial es  importante para medir el riesgo laboral de la iluminación. Lo habitual en el mercado es acudir a luminarias que se clasifican atendiendo a su nivel de peligrosidad en estos términos.

Prevención de riesgos en la iluminación

El riesgo 0 corresponde a aquellas luminarias que están exentas de peligros y se usan en zonas que están muy expuestas a iluminación durante largos periodos de tiempo: oficinas, aulas universitarias, guarderías, hospitales, geriátricos.

Para el riesgo 1 se dejan actividades que no representan un alto riesgo por las limitaciones normales de funcionamiento.

El riesgo 2 o moderado se asocia a cuando la fuente de luz tampoco genera la respuesta de aversión, que es la reacción instintiva de un órgano para protegerse de un estímulo lumínico muy intenso, aunque también se emplea para fuentes brillantes de luz que generan malestar térmico.

Finalmente el grupo 3 de riesgo es el que se produce cuando la exposición a una fuente de luz, incluso por un tiempo mínimo, puede representar un peligro para la salud. Nunca se debe utilizar en aplicaciones de iluminación general.

Cómo evitar el riesgo fotobiológico

El control y la prevención de riesgos en iluminación se evitan acudiendo únicamente a luminarias que cumplan con la norma de seguridad fotobiológica. Más allá de las consideraciones generales, existe otro indicador clave para determinar cuándo es peligroso exponerse a fuentes de luz más o menos intensas.

El grupo de riesgo 0, o grupo exento, implica poder mirar de manera indefinida a la fuente luminosa sin temor a ningún problema de salud. Para el riesgo 1 el tiempo se limita a 10 000 segundos manteniendo fija la mirada hasta la luminaria. En el riesgo 2 ese plazo se acorta a 100 segundos como máximo. Finalmente, el riesgo 3 está limitado a un plazo de tiempo de 0,25 segundos.

La seguridad fotobiológica es clave en la iluminación LED, pues una elección desacertada de las fuentes de luz puede generar problemas importantes para la salud a largo plazo. En espacios en los que los usuarios están durante mucho tiempo expuestos a la iluminación artificial es importante cumplir con esos estándares de seguridad.

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