¿No has tenido nunca la sensación de que se nubla la vista cuando miras directamente a una fuente de luz? Técnicamente este fenómeno se conoce como UGR y deriva de las siglas en inglés, Unified Glare Rating, o índice de deslumbramiento unificado, en español. Para conocer más sobre este tema, os indicamos con detalle qué es el UGR de una luminaria.
Qué es el UGR en iluminación
El UGR se cuantifica como un indicador que va desde el 10 al 31 en valores normativos y que mide el nivel de deslumbramiento. Un UGR de 16 se considera como no deslumbrante, mientras que uno de 28 sí lo es. Los valores más habituales son 16, 19, 22, 25 y 28.
No obstante, antes de introducirnos más de lleno en el UGR debemos responder a dos preguntas claras: qué es deslumbramiento y cómo evitarlo. El deslumbramiento es esa sensación molesta, e incluso peligrosa en caso de exponerse mucho a una fuente de luminosidad muy intensa, que ocurre cuando varias áreas brillantes entran en el campo de visión. Este fenómeno ocurre cuando miramos directamente a una bombilla, al sol o cuando vemos el reflejo en el agua de una fuente potente de luz.
El UGR es un índice que ayuda a responder a la pregunta de cómo evitar el deslumbramiento, pues señala cuál es la capacidad que tienen las luminarias de producir esa molestia.
El deslumbramiento puede ser molesto o perturbador. El primero hace referencia a una sensación molesta que se produce cuando una fuente de luz llega hasta el campo de visión y es tan intensa que produce fatiga visual. Por su parte, el perturbador es ese velo luminoso temporal que causa visión borrosa y poco nítida, con poco contraste, que desaparece cuando finaliza su causa.
Algunos ejemplos de deslumbramiento perturbador son las luces de largo alcance de otro vehículo cuando circulamos en carretera por la noche o los juegos de luces y sombras tan comunes en zonas de montaña, cuando también circulamos con el coche.
Cómo evitar el deslumbramiento
La mejor fórmula para evitar el deslumbramiento en una luminaria consiste en acudir a productos de calidad que aseguren un correcto confort lumínico y que tengan un UGR de entre 10 y 19. Los niveles de 22 o superiores comienzan a ser inaceptables en casos de tareas moderadas.
El UGR influye decisivamente en el adecuado aprovechamiento de las luminarias y su valor está determinado por cuestiones como las propias características técnicas y constructivas del producto, el nivel de reflectancia de materiales a los que se dirige la fuente de luz y el contraste de la luz emitida por la luminaria y el de los alrededores.
Acudir a fuentes de luz con un valor de UGR moderado es clave para reducir la sensación de fatiga visual que produce el deslumbramiento, pero también es aconsejable colocar las luminarias a una distancia moderada, utilizar productos específicos con pantalla traslúcida o que permitan regular la cantidad de luz y optar por colores o temperaturas de luz específicas, que no sean muy brillantes ni generen mucho contraste con los lugares hacia los que se dirige la luz.
Conocer qué es el UGR de una luminaria y sacar partido de este indicador es clave para ganar en confort lumínico y sacar partido de la iluminación como elemento de productividad en la vivienda. Te animamos a que profundices en este concepto.
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