Luz cálida o fría… Cómo diferenciarlas y cuál escoger

Luz cálida o fría: cómo diferenciarlas y cuál escoger

La elección entre luz cálida o fría para las diferentes estancias de la vivienda va a depender de cuestiones como la propia idoneidad de la iluminación y el ambiente que queramos recrear en esos escenarios.

La principal diferencia entre luz cálida o fría viene determinada por la temperatura de la luz, que marca su color. La luz cálida es aquella que se emite por debajo de los 3300 grados Kelvin, mientras que si supera los 5000 y oscila hasta los 6500 Kelvin, se considera luz fría.

Más allá de esta distinción, otra diferencia es la percepción del ojo humano. Con la luz cálida predomina el color ámbar o amarillento, mientras que en la fría el color dominante es el azul o los tonos blancos si es luz neutral.

Luz cálida o fría… ¡Cuál escoger!

Las bombillas LED de luz cálida ofrecen una tonalidad suave y tenue, similar a las bombillas incandescentes. En cambio, la luz fría genera una sensación de mayor luminosidad, por sus tonos azulados.

Luz cálida o fría para el salón

En estancias destinadas al relax y al descanso, como puede ser el salón o los dormitorios, lo que se busca es una iluminación suave para ganar en confort. Esto nos debe llevar a decantarnos por luz blanca cálida.

Sin embargo, cuando esos espacios también se utilizan como zona de despacho o de trabajo, hay quien se interesa por otras tonalidades, y duda entre luz cálida o fría para el salón, o al menos luz neutra. Sea como fuere, la luz cálida ofrece un mayor ambiente de relajación.

La luz en la cocina

La cocina es una estancia que invita a más dudas que el salón. ¿Qué es mejor, luz fría o cálida para la cocina? Aquí entran en juego aspectos como el tamaño de la cocina, la cantidad de luz natural que llega desde el exterior o usar la iluminación como un elemento decorativo más.

Una buena opción es decantarse por luz cálida para techos y paredes, que iluminen toda la estancia, y varios focos dirigidos con bombillas LED de luz fría, en apliques y lámparas auxiliares.

¿Y en el baño?

La elección de luz cálida o fría para el baño responde a una situación parecida  a la de la cocina, pero en orden inverso. Si el baño es pequeño, las tonalidades frías son más convenientes, porque amplían la sensación de más espacio.

En caso de que sea un baño de dimensiones suficientes, es posible colocar algún punto de luz cálida focalizado en el espejo mientras que la iluminación general es fría.

Soluciones para cambiar entre luz cálida y fría

La elección de luz cálida o fría depende en gran medida de la tarea que se realice en cada momento del día o de la sensación que se quiera conseguir.

Si son estancias más destinadas al descanso, como los dormitorios o el salón, es preferible la luz cálida. Pero para espacios donde reina la productividad, y aquí podemos introducir al baño, la cocina o el garaje, son recomendables las luces frías o neutras, que están a medio camino entre la cálida y la fría.

A su vez, el momento del día también es importante, pues la luz cálida sienta mejor al organismo cuando cae la tarde, tras el atardecer. La luz fría, que es menos “natural”, es óptima en las horas centrales de la jornada, cuando estamos más despiertos.

En cualquier caso, en el mercado podemos encontrar dispositivos a control remoto que permiten cambiar la temperatura de la luz, para adaptar la iluminación a las necesidades de cada momento.

La elección entre luz cálida o fría es muy importante para garantizar el confort en la vivienda y mejorar la calidad de vida, por ello hay que conocer cuáles son las propiedades de cada opción.

Si quieres puedes ampliar más información sobre consejos del tipo de luz, pulsando aquí.

Blog La Casa de la Lámpara

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