Llegar a casa tras una larga jornada de trabajo y disfrutar de un buen baño relajante es una experiencia muy placentera y al mismo tiempo muy accesible. Hoy te mostramos cómo preparar un baño relajante centrando el interés en aspectos como la iluminación, los aromas o la música.
Consejos para disfrutar de un baño relajante
En una ducha o en una bañera, el lugar en el que darse unos baños relajantes no es tan relevante si todo se prepara de modo perfecto para promover mayor bienestar. Lo realmente importante es seguir estos consejos o bien acudir a otras dinámicas que ayuden a conseguir esas sensaciones agradables.
Elegir el momento perfecto para el baño
Si el baño es relajante, y no una simple cuestión de higiene, lo apropiado es ponerse manos a la obra en el momento ideal y poder destinarle suficiente tiempo. Una experiencia de este tipo es invertir tiempo en una misma. Por el efecto relajante a conseguir, lo ideal es ponerse a ello al final del día, tras una jornada intensa de trabajo o después de haber realizado una sesión de ejercicio físico.
Cómo preparar un baño relajante, con ambiente propicio para ello y buena iluminación
Otro punto importante para este objetivo de bienestar es crear el clima idóneo. Puedes usar música relajante en el baño y potenciar esta atmósfera con iluminación cálida y que aporte paz. Hay lámparas portátiles que se pueden regular la luz y poner música, para crear ese momento especial y relajante. Luminarias indirectas que se regulen y que estén alejadas de las típicas luces blancas o neutras de los baños son una buena elección.
Las velas son otra alternativa, pero con ellas hay que tener precaución para no generar ningún accidente doméstico. Si son aromáticas, mucho mejor.
¿Qué temperatura es la más aconsejable en los baños relajantes?
Una bañera de hidromasaje, o una ducha con características similares, ofrece sensaciones más positivas cuando la temperatura del agua es cercana a la corporal, entre 35 y 37 grados. Si lo deseas puedes aumentarla un poco, hasta 40 grados, pero sin excederse mucho, pues el agua muy caliente puede ocasionar bajadas de tensión.
Beneficios de los ambientes relajantes
Un ambiente propicio al descanso y el confort va más allá de los baños relajantes. En este caso en concreto lo que conseguimos es mejorar la circulación sanguínea, regular la presión arterial y obtener mejores sensaciones en la piel, además de impulsar un descanso más saludable.
Pero para que la experiencia de relajación sea completa lo ideal es introducir ese ambiente relajante en toda la vivienda, ya sea a través de la iluminación, de la disposición de mobiliario, la facilidad de tránsito y el orden en las tareas.
Los ambientes relajantes son positivos a nivel orgánico, pero también desde un punto de vista productivo, pues inciden en un mayor grado de higiene en la vivienda. Cuando una familia consigue que el lugar donde convive se adapte a la perfección a sus necesidades y encuentra el equilibrio en sus quehaceres, la relajación viene de la mano.
Un baño relajante es solo el premio final periódico que hay que concederse para alcanzar una sensación de bienestar necesaria que ayuda a retomar con fuerzas las obligaciones del día venidero.